Capítulo 31

Cuando llegó el lunes, me obligué a comer una comida sólida al día. No ayudaba a mi garganta, por decirlo así, pero me hacía sentir mejor mentalmente. Todavía me dolía comer alimentos blandos, pero beber ya no era un problema.

Mi vagina aún dolía como el demonio y sentía que Finn había sido mi niñe...

Inicia sesión y continúa leyendo