Capítulo 33: El libro mayor del huerto

Salieron de la biblioteca justo cuando el reloj del juzgado marcaba las diez. La plaza estaba despertando — un puñado de camiones estacionados en ángulo contra la acera, el dueño de la ferretería barriendo el polvo de la acera, el olor a café recién hecho saliendo de la cafetería dos puertas más aba...

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