Esto es lo que querías

—Por supuesto que tengo que pensar en él—digo, más para mí misma que para Knox—. Es lo que haría cualquier persona normal.

Ajusto apresuradamente mis gafas, los marcos torcidos por nuestra apasionada, alucinante e imprudente escapada. Mis dedos tiemblan mientras suben las lentes por el puente de mi...

Inicia sesión y continúa leyendo