Yo. Yo mismo. Y mis deseos

Dejo mi bolso en el sofá y me hundo en el asiento.

Mamá se gira de lado. Sus ojos están suaves pero expectantes. Esperando algo.

Una respuesta.

Una promesa.

Un milagro, tal vez.

—Conoce a alguien nuevo.

Como si fuera tan simple.

Como si solo tuviera que aparecerme en esa barbacoa mágica, sonr...

Inicia sesión y continúa leyendo