Medio ciego

La miro a los ojos.

—¿Un sabor de qué?

—De mí.

—¿De qué parte exactamente?

Ella arquea una ceja.

—¿Hay alguna parte que no te guste?

—No exactamente.

Vuelve a fumar el cigarro, sus ojos se llenan de lágrimas mientras soporta la quemadura. Luego se inclina hacia adelante y me sopla el humo en ...

Inicia sesión y continúa leyendo