No hay disculpas en el mundo

Knox ya está a mitad de camino subiendo las escaleras cuando logro entrar al edificio. Sube de dos en dos. Lo sigo rápido.

En el siguiente rellano, saca su teléfono del bolsillo, desliza rápidamente la pantalla y luego se lo lleva al oído.

No dice mucho. Solo unas pocas palabras cortantes. Algo so...

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