Todos te odian, Delilah

Los ojos de Soraya están taladrando a Knox, más por incredulidad que por dolor. Luego se da la vuelta, agarra su bolso del sofá, rebusca dentro, saca el llavero y lo lanza hacia la mesa.

El metal hace ruido contra la madera.

—Sabes dónde encontrarme cuando entres en razón —dice, dirigiéndose hacia...

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