Capítulo 28

—Nora.

—¿Sí?

—Cuando nos casemos, te haré mía cada noche, siempre que tenga la oportunidad.

Sus mejillas se sonrojaron, ya estaba dejando la vergüenza, esos días a su lado la habían ayudado a soltarse más, y eso no era ni siquiera un ápice de la mujer que sería en un par de meses, una que si le c...

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