245. KIRILL EN CRISIS

Kirill miró a Lilly, que colgaba boca abajo de la barra de dominadas fijada al marco de la puerta del salón como una pequeña acróbata.

Suspiró. —¿Por qué ya no me sorprende?

—¡Pew, pew! —Lilly disparó telas de araña invisibles a su cara—. ¡Mira, soy Spider-Man!

—Claro —murmuró, quitándose telarañas ...

Inicia sesión y continúa leyendo