247. A LA DERIVA

ENTONCES

Kirill encendió un cigarrillo.

El puerto estaba en caos. Las sirenas aullaban a lo lejos, los reporteros se agolpaban, los policías empujaban las barricadas mientras gritaban sobre el ruido de las radios. La repentina inspección de Interpol, el tiroteo que la había desencadenado, los ar...

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