5. HUEVO DORADO

LAYLA | AHORA

El cielo era casi cruel en lo despejado que se veía. Layla lo miró con desdén, como si el cielo le debiera una disculpa.

—Jódete —murmuró. Lo único que se permitía maldecir era el clima; el cielo podía soportarlo.

Se quitó los zapatos de segunda mano que se había obligado a usar...

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