6. ESA CASA

LAYLA || ENTONCES

La suave y cálida luz de la mañana se filtraba a través de las persianas agrietadas. Layla se movió, sus miembros pesados por el sueño, y por primera vez en lo que parecía una eternidad, se sintió segura. Lo suficientemente segura como para dejarse llevar por la tranquila cali...

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