CAPÍTULO 23

ARIA

No esperé permiso.

No podía.

Me levanté de la cama, sin molestarme en cambiarme. La bata del hospital se me pegaba, fría y arrugada, pero no me importaba.

Mis pies descalzos golpearon el suelo pulido con fuerza mientras corría, cada paso enviando una sacudida por mis piernas. El pasillo...

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