CAPÍTULO 40

ARIA

Nunca pensé que extrañaría el silencio de una celda cerrada, pero cuando las puertas metálicas del compartimiento de equipaje se cerraron de golpe detrás de nosotros, sellándonos en el estrecho vagón de un autobús en movimiento, me di cuenta de que había lugares peores.

Era sofocante.

—E...

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