137

Red volvió a la sala de Noah, su corazón aún latiendo aceleradamente por lo que acababa de ver.

Trató de forzar una sonrisa cuando Noah se volvió hacia ella, su carita pálida pero con los ojos más brillantes de lo que habían estado en días.

—Mamá —susurró él—, ¿vamos a casa?

—Sí, cariño —dijo Red...

Inicia sesión y continúa leyendo