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Sus labios se separaron, un grito de protesta formándose, pero el calor en su mirada la mantuvo en su lugar.

—¡No! —espetó, su voz temblando pero feroz—. ¡Te odio con toda mi alma! ¿Por qué no puedes aceptar que eres mi pasado?

El silencio que siguió fue denso, sofocante. Ella lo rompió con una ri...

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