162

El jet aterrizó con un suave sacudón, la voz del piloto resonando por la cabina —Pronto estaremos rodando, bienvenidos a París.

Red se levantó de un salto, con las mejillas aún sonrojadas, y se agachó para recoger la camisa de Nico de donde había sido descartada.

—Aquí —susurró, deslizando un bra...

Inicia sesión y continúa leyendo