168

Su agarre en el cuello de la Dra. Smith la obligó a mirarlo.

—Sigues tratándolo como a un paciente —gruñó, con voz baja y peligrosa—. No olvides que es el enemigo. Y estamos recuperando lo que es nuestro.

Las lágrimas asomaron en las esquinas de sus ojos mientras gemía.

—Lo siento... no quise, por...

Inicia sesión y continúa leyendo