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Red atravesó el pasillo con furia, el pecho subiendo y bajando de rabia.

Empujó la puerta del cuarto de huéspedes y la cerró de un portazo.

—Esto es tan estúpido —murmuró para sí misma, caminando de un lado a otro—. Ni siquiera me gusta. Lo odio. Dios, solo hago esto para sobrevivir. Eso es todo. ...

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