Sólo, ellos dos...

Lucía se levantó de su asiento. Harris la seguía con la mirada, desgarrado por emociones encontradas: la alegría soterrada de saberla finalmente libre de Louis, y el desconcierto doloroso de verla marcharse tras aquel humillante golpe bajo.

—Lucía, espera… no te vayas —dijo Harris, poniéndose de pie...

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