Todo lo que necesito

Lucía llegó al hospital muy temprano. Apenas salió del coche, el corazón le latía tan fuerte que sentía que se le iba a salir del pecho. No había dormido en toda la noche, y aunque se esforzó por parecer tranquila, su rostro la traicionaba: tenía los ojos enrojecidos, las ojeras marcadas y la voz qu...

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