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SIEMPRE

La observé mientras yacía pacíficamente sobre mi pecho, casi dormida. Su respiración era tranquila, su rostro relajado, sus piernas entrelazadas con las mías... Se veía demasiado linda.

Me atreví a tocarle la nariz y abrió los ojos y me sonrió, dejándome saber que la había despertado de su...

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