El jardín del engañio. Capítulo 5. ¡Eres mío!

Rosemary

La brisa marina olía a azúcar tostada, a empanadas calientes y a recuerdos que no quería remover. Caminaba entre luces colgantes y música festiva, con mi madre de un lado y Luna del otro, la amiga que había hecho en ese rincón del mundo, tan llena de vida que a veces me contagiaba sin q...

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