El jardín del engaño. Capítulo 32. Perseguida por la justicia.

Sandy

El silencio de mi apartamento era casi un lujo. No es el silencio incómodo de una casa vacía, sino el silencio satisfecho de alguien que sabe que la partida la está ganando. La cafetera emitía un gorgoteo suave en la cocina mientras yo me acomodaba en el sillón, con una copa de vino en la...

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