NovelaGO
LA APUESTA DEL CEO

LA APUESTA DEL CEO

Tory Sánchez · Completado · 114.2k Palabras

1k
Tendencia
11.7k
Vistas
300
Agregado
Agregar a estante
Comenzar a leer
Compartir:facebooktwitterpinterestwhatsappreddit

Introducción

Patrick Ferreira Spencer, es uno de los hombres más ricos de la ciudad de Nueva York, dueño de una cadena de hoteles y casinos que heredó de sus abuelos. Es un hombre serio, autoritario, exigente y perfeccionista. Sin embargo, su vida da un giro de 180 grados cuando, tras una deuda millonaria, acepta una apuesta de Paul Summers. Lo que él no esperaba era terminar siendo el vencedor y llevándose el premio a casa.
La vida de Meghan Summers era tranquila; estudiaba y pasaba desapercibida la mayor parte del tiempo. Esto cambia cuando se entera de que su hermano la apostó y perdió.
¿Cómo enfrentará Meghan esta nueva realidad? ¿Qué planes tiene Patrick para su inesperado "trofeo"? Ambos se verán envueltos en un torbellino de emociones, desafiando su propia naturaleza y preparándose para un destino que ninguno de los dos esperaba.

Capítulo 1

El enorme letrero con el nombre del casino brillaba en lo más alto del edificio. Paul miró el rótulo y dudó en entrar. Era la primera vez que tenía miedo de hacerlo. Había acumulado una deuda muy elevada con el Casino Spencer-Imperial, y era muy probable que no volvieran a dejarle jugar. Sin embargo, era una necesidad que quemaba dentro de él, había estado los últimos tres días luchando para no sucumbir ante su adicción.

Sí, Paul sabía que era un adicto al juego y como cualquier otro tipo de adicciones le era imposible de controlar. Había perdido la fortuna que heredó de sus padres y lo hizo en menos de seis meses. Había vendido las acciones, había hipotecado su casa, perdido el auto… había terminado con todo.

Con frustración, Paul se mesó el cabello, su garganta estaba seca y pasar un poco de saliva fue una agonía. No debía estar allí, no tenía nada más que cincuenta dólares en el bolsillo; sin embargo, la necesidad que sentía por el juego era más de lo que podía soportar.

—Debería marcharse, señor Summers, no creo que al jefe le haga mucha gracia verlo de nuevo —le dijo el guardia de seguridad, quien ya lo conocía muy bien.

—¿Me ha prohibido la entrada? —preguntó, aunque era una posibilidad, él se atrevió a ponerlo en duda.

—No, el señor Ferreira no ha mencionado nada sobre dejarlo o no entrar, pero dio órdenes de que no se le volviera a dar crédito. Ya no tiene con qué pagar —musitó el guardia como si le contara un secreto.

Paul tragó el nudo formado en su garganta. Si fuera un hombre sensato, habría tomado el consejo del hombre y se hubiese marchado de allí, pero no lo era.  La necesidad de apostar era superior a cualquier otra cosa.

—Quizá hoy tenga suerte —musitó.

El hombre de seguridad negó.

—Es lo que ha dicho los últimos dos meses, señor Summers… —se atrevió a decir, consciente de que no debía inmiscuirse en los asuntos de otras personas, menos en la vida de los clientes del casino, pero le daba pena ver a un hombre tan joven perderse en el vicio del juego.

Ese muchacho le recordaba a su propio hijo, quien había perdido la vida a causa del vicio en los juegos de azar.

—Por favor…

Paul no le permitió continuar, levantó una mano para hacerlo callar.

—Esta vez, voy a ganar, señor Ramírez, y cuando lo haga, le daré una jugosa propina por sus consejos —respondió con una sonrisa en los labios.

El hombre solo negó y suspiró al verlo perderse en el interior del casino, sabía que aquella noche no sería diferente de las anteriores; sin embargo, el guardia desconocía hasta qué punto sería diferente…

Patrick levantó la mirada cuando la puerta de su oficina se abrió, dejó la pluma sobre el documento que revisaba y entrelazó los dedos…

—Lamento interrumpirte, Patrick, pero… me dijiste que te avisara tan pronto como Paul Summers cruzara las puertas del casino —mencionó Harrison, desde el umbral de la puerta.

Patrick elevó una ceja, dejando ver sus ojos verdes, herencia de su madre.

—¿Se atrevió a volver? —preguntó.

Harrison asintió.

—Es un idiota —vociferó con molestia.

—Di órdenes que no se le volviera a dar crédito, sin embargo, dudo mucho que eso lo detenga. Hará lo que tenga que hacer para colarse entre las mesas de juego —respondió Harrison.

Patrick estiró sus largas piernas y corrió la silla, se puso de pie y haló las puntas de su saco.

—Tendré que echarlo personalmente, no me gusta la gente como Paul —espetó, mirando a Harrison, como si su amigo tuviese la culpa de la adicción de Paul Summers.

—No creo que un enfrentamiento entre ustedes sea bueno, Pat —dijo, llamándolo como solo sus amigos tenían permitido hacerlo.

—Paul es una mala, muy mala publicidad para el Casino, termina borracho, sin un centavo y armando escándalos a diestra y siniestra.

—Quizá sea porque perdió a sus padres hace poco…

Patrick atravesó la puerta, haciendo que su mejor amigo se hiciera a un lado.

—Nada justifica su comportamiento, Paul no es la única persona que ha perdido a alguien importante en su vida —mencionó.

Patrick aún estaba dolido por la muerte de su abuela Carlota. Sin embargo, para él honrar la memoria de su abuela, era siendo un hombre recto, con una reputación intachable, del que solo se pudiera decir cosas buenas, pero Paul no ayudaba…

—¡Espera, Patrick! ¡Espera! ¿Qué es lo que harás? —preguntó Harrison, tomándolo del brazo.

Patrick se detuvo y se giró para mirar a su amigo.

—Ya te lo dije, voy a echarlo de aquí.

—Hará un escándalo si lo haces, no creo que tu madre esté muy feliz si eso llega a suceder —le recordó.

Patrick pensó en la rubia de ojos verdes que lo esperaba en casa, estaba seguro de que iba a darle un gran disgusto si los hoteles y el casino tenían mala publicidad.

—Véncelo en la mesa de juego, creo que de esa manera no le quedarán ganas de volver.

—¿Quieres que me siente y apueste con Summers?

—No ganará —aseguró Harrison.

Patrick sonrió y negó.

—Los juegos de azar son impredecibles, Harrison, puede que le dé una oportunidad a Paul y sea yo quien termine perdiendo.

Harrison palmeó el hombro de Patrick.

—Nunca te he visto perder, querido amigo.

—Siempre habrá una primera vez —refutó Patrick, avanzando dos pasos para dirigirse al ascensor.

Harrison prefirió no insistir y caminó a su lado en completo silencio. El ascensor descendió hasta el área del casino, un servicio adicional del hotel Spencer-Imperial. Algo que él había implementado luego de discutir con sus padres; pero finalmente, se había salido con la suya, no sin tener que prometer no caer en el vicio de las apuestas…

Lo primero que Patrick miró al bajar, fue a Paul, el hombre tenía unos veinticinco años, no le calculaba menos, tal vez uno o dos años más. Estaba jugado en la mesa de Ray, uno de los pocos hombres a lo que Patrick odiaba. El ex de su novia…

—Señores —dijo al acercarse a la mesa. Patrick cerró la mano en puño de acero, Paul tenía dinero suficiente como para entretenerse por unas cuantas horas…

—¡Patrick! —exclamó Ray, parecía complacido de verlo—. ¿Qué milagro hizo que te dignaras a bajar al inframundo? —le preguntó con malicia en la voz.

Patrick presionó su mandíbula con fuerza.

—No suelo venir por nada, ni por nadie; pero hoy estoy haciendo una excepción. El señor Summers no puede estar aquí.

—¿Por qué? —cuestionó Ray, retando a Patrick con la mirada.

—Su deuda no se lo permite —espetó sin darle mayor explicación a Ray.

El hombre sonrió.

—Si es la deuda un problema, puedo hacerme cargo de ella —aseguró.

Patrick sonrió en respuesta, sus ojos relampaguearon.

—¿Estás dispuesto a pagar medio millón de dólares únicamente por llevarme la contraria? ¿Sientes necesidad de demostrar algo, Ray? —le cuestionó Patrick sin borrar su sonrisa.

Ray tragó, miró a Paul con cierto reproche. Él no le había mencionado que su deuda era tan grande. Tenía el dinero, pero ni loco se gastaría medio millón en un tipo que no conocía solo por fastidiar a Patrick. No era estúpido.

—Te concedo mi lugar —dijo, poniéndose de pie. Échalo de aquí si quieres, pero antes tienes que ganar. Si lo haces, pagaré ese medio millón —aseguró.

Ray estaba convencido de que Patrick no era un jugador, era el dueño, pero jamás lo había visto sentarse en una mesa de juego y eso que lo conocía desde hacía un buen tiempo.

—No tengo ninguna necesidad, de hacerlo.

—¿Tienes miedo, Ferreira? —lo retó con malicia—. ¿Tienes miedo de perder?

Patrick apretó los dientes, la mandíbula se le marcó y sus ojos brillaron con enojo.

—Apártate —gruño.

Harrison intentó detenerlo; sin embargo, no llegó a pronunciar ni media palabra, la mirada fría y furiosa de Patrick le hizo guardar silencio.

—Qué empiece el juego —se rio Ray, seguro de que iba a disfrutar la derrota de Patrick.

El juego dio inicio y Paul vio su oportunidad de ganar, no lo había hecho antes, pero estaba seguro de que Patrick no tenía ningún conocimiento en el juego, así que, apostó todo a una sola jugada.

Patrick vio la acción de Paul, como una medida desesperada. Apostarlo todo solo iba a precipitar las cosas, lo sabía.

—No hay razones para que insistas, Paul, es mejor que te vayas a casa —le sugirió Patrick, con intención de terminar la jugada.

—Voy a ganar y tú vas a perdonarme la deuda y, además, me permitirás la entrada —refutó el muchacho con determinación.

Patrick resopló.

—Renuncia, Paul —insistió.

—Estoy tan seguro de que ganaré —susurró.

—Ya no tienes nada que apostar, muchacho, vete a casa, ahora —insistió Patrick con voz cortante y fría.

—Te apostaré a mi hermana —respondió Paul sin más.

Harrison vio a Patrick, esperando que rechazara tan descabellada apuesta.

—¿Qué? —preguntó Patrick, desconcertado.

—Voy a apostarte a mi hermana, no perderé, te lo aseguro —insistió.

Patrick sintió unos deseos inmensos de asesinarlo allí mismo, sobre todo, porque Ray estaba muy pendiente del juego. El muy desgraciado parecía estar disfrutando la situación.

—Muestra tus cartas —pidió Patrick, aceptando la apuesta. Si Paul se atrevía a tanto, era porque estaba seguro de que iba a ganar, de lo contrario, solo era un idiota, dispuesto a todo por seguir con el juego.

—Vamos, muestra tu jugada —apoyó Ray, con impaciencia.

Paul asintió, la jugada era un póker de nueve, sonrió al ver el rostro descompuesto de Patrick.

—Es tu turno, a menos que tengas miedo de quedar en evidencia —se burló Ray.

Patrick lo miró con cara de pocos amigos, mientras su jugada fue quedando sobre la mesa.

—Escalera de color —susurró Patrick, con voz ahogada.

—Señor, felicidades —dijo la dealer de la mesa—. Usted gana…

Tanto Paul como Patrick palidecieron. Paul había perdido a su hermana en una apuesta y Patrick tenía un trofeo que no había buscado.

Últimos capítulos

Te podría gustar 😍

Mi Esposo Quiere Un Matrimonio Abierto

Mi Esposo Quiere Un Matrimonio Abierto

1.2m Vistas · Completado · Elysian Sparrow
Es cierto lo que dicen sobre el matrimonio: uno de los dos siempre es más feliz que el otro.

El mundo de Julie se desmorona cuando su esposo, Ryan, revela que quiere un matrimonio abierto. Su razón: necesita un hijo ya que no han podido tener uno. Julie acepta a regañadientes para salvar su matrimonio.

Al día siguiente, Ryan regresa a casa con su secretaria, confirmando la sospecha de Julie de que su aventura estaba ocurriendo a sus espaldas.

Julie, con el corazón roto y llena de rabia, busca consuelo en un bar, donde conoce a un fascinante desconocido llamado Luke, quien cambia las reglas del juego. Julie se confía a Luke mientras beben, y él propone un plan arriesgado: él actuará como su "novio" para darle la vuelta a la situación con Ryan.

Julie acepta, desencadenando una serie de eventos que desafiarán todo lo que creía saber sobre el amor, la lealtad y sobre sí misma.
Una Reina de Hielo en Venta

Una Reina de Hielo en Venta

4.1m Vistas · Completado · Maria MW
«Póntelos». Cogí el vestido y la ropa interior, luego quise volver al baño, pero ella me lo impidió. Sentí que mi corazón se paró por un segundo cuando escuché su orden. «Vístete aquí. Déjame verte». Al principio no entendí lo que quería decir, pero cuando me miró con impaciencia, supe que debía hacer lo que me decía. Abrí mi bata y la puse en el sofá blanco de al lado. Sostenía el vestido y quería ponérmelo cuando la volviera a escuchar. «Pare». Mi corazón casi se me sale del pecho. «Pon el vestido en el sofá por un segundo y ponte de pie». Hice lo que me dijo. Me quedé ahí completamente desnuda. Me examinó de pies a cabeza con los ojos. La forma en que revisó mi cuerpo desnudo me hizo sentir muy mal. Movió mi cabello detrás de mis hombros, pasando suavemente su dedo índice por mi pecho, y su mirada se detuvo en mis pechos. Luego continuó con el procedimiento. Su mirada se movió lentamente entre mis piernas y la miró durante un rato. «Abre las piernas, Alice». Se puso en cuclillas y cerré los ojos cuando se movió para verme más de cerca. Solo esperaba que no fuera lesbiana o algo así, pero al final se puso de pie con una sonrisa de satisfacción. «Perfectamente afeitado. Los hombres son así. Estoy seguro de que a mi hijo también le gustará. Tu piel es bonita y suave, y eres musculoso, pero no demasiado. Eres perfecto para mi Gideon. Ponte primero la ropa interior y luego el vestido, Alice». Tenía muchas cosas que decir, pero me las tragé. Tenía ganas de escapar, y ese fue el momento y el momento en que me juré que lo lograría una vez.

Alice es una hermosa patinadora artística de dieciocho años. Su carrera está a punto de culminar cuando su cruel padrastro la vende a una familia adinerada, los Sullivan, para que se convierta en la esposa de su hijo menor. Alice asume que hay una razón por la que un hombre apuesto quiere casarse con una chica extraña, especialmente si la familia forma parte de una conocida organización criminal. ¿Encontrará la manera de derretir los corazones helados y dejarla ir? ¿O podrá escapar antes de que sea demasiado tarde?
Sr. Ryan

Sr. Ryan

1.4m Vistas · Completado · Mary D. Sant
«¿Qué cosas no están bajo tu control esta noche?» Esbocé mi mejor sonrisa, apoyándome contra la pared.
Se acercó con una expresión oscura y hambrienta,
tan cerca,
sus manos alcanzaron mi rostro y presionó su cuerpo contra el mío.
Su boca se apoderó de la mía con impaciencia, con un poco de rudeza.
Su lengua me dejó sin aliento.
«Si no vas conmigo, te follaré aquí mismo». Susurró.


Katherine mantuvo su virginidad durante años, incluso después de cumplir 18 años. Pero un día, conoció a un hombre extremadamente sexual, Nathan Ryan, en el club. Tenía los ojos azules más seductores que jamás haya visto, una barbilla bien definida, cabello rubio casi dorado, labios carnosos, perfectamente dibujados, y la sonrisa más asombrosa, con dientes perfectos y esos malditos hoyuelos. Increíblemente sexy.

Ella y él tuvieron una hermosa y sexy aventura de una noche...
Katherine pensó que tal vez no volvería a ver a ese hombre.
Pero el destino tiene otro plan

Katherine está a punto de asumir el puesto de asistente de un multimillonario propietario de una de las empresas más grandes del país y conocido por ser un hombre conquistador, autoritario y completamente irresistible. ¡Es Nathan Ryan!

¿Podrá Kate resistirse a los encantos de este hombre atractivo, poderoso y seductor?
Lea para conocer una relación desgarrada entre la ira y el deseo incontrolable de placer.

Advertencia: R18+, solo para lectores maduros.
Coronada por el Destino

Coronada por el Destino

782.1k Vistas · En curso · T.S
—¿Crees que compartiría a mi pareja? ¿Simplemente me quedaría mirando mientras te acuestas con otra mujer y tienes hijos con ella?

—Ella solo sería una Criadora, tú serías la Luna. Una vez que esté embarazada, no la tocaría de nuevo —la mandíbula de mi pareja Leon se tensó.

Reí, un sonido amargo y roto.

—Eres increíble. Prefiero aceptar tu rechazo que vivir así.

——

Como una chica sin lobo, dejé a mi pareja y a mi manada atrás.

Entre los humanos, sobreviví convirtiéndome en una maestra de lo temporal: saltando de trabajo en trabajo... hasta que me convertí en la mejor bartender de un pequeño pueblo.

Ahí es donde me encontró el Alfa Adrian.

Nadie podía resistirse al encantador Adrian, y me uní a su misteriosa manada oculta en lo profundo del desierto.

El Torneo del Rey Alfa, que se celebra cada cuatro años, había comenzado. Más de cincuenta manadas de toda Norteamérica estaban compitiendo.

El mundo de los hombres lobo estaba al borde de una revolución. Fue entonces cuando volví a ver a Leon...

Dividida entre dos Alfas, no tenía idea de que lo que nos esperaba no era solo una competencia, sino una serie de pruebas brutales e implacables.
Sanando a Su Luna Rota....

Sanando a Su Luna Rota....

641.9k Vistas · Completado · Jcsn 168
¿Crees en los mitos? Justo cuando Lucy piensa que no puede empeorar, lo hace. Hace cuatro años, Lucy lo perdió todo en un ataque inesperado. Ha sido maltratada, hambrienta, rechazada y rota. A medida que se acerca su decimoctavo cumpleaños, comienzan a suceder cosas extrañas, cosas que solo ocurren una vez cada siglo. Encuentra amistad en el lugar más insospechado y escapa para descubrir su verdadero yo con la ayuda del Alfa más peligroso. Advertencia: Esta trilogía de hombres lobo no está destinada a menores de 18 años ni a quienes no disfruten de una buena aventura. Te llevará a recorrer el mundo, te hará reír, enamorarte, romper tu corazón y posiblemente dejarte con ganas de más.
Colmillos, Destino y Otras Malas Decisiones

Colmillos, Destino y Otras Malas Decisiones

642.3k Vistas · En curso · Elizma Du Toit
Algunas malas decisiones vuelven para morderte. Literalmente.

Después de descubrir que su novio le había engañado, lo último que esperaba era tropezarse con un hombre herido en un callejón. Y definitivamente no uno con colmillos. Pero gracias a una mezcla de cócteles, vergüenza y sus cuestionables elecciones de vida, se lo lleva a casa. Resulta que no es cualquier vampiro—es un rey. Y según él, ella es su compañera predestinada.

Ahora, está atrapada con un chupasangre sobreprotector y taciturno que sigue rescatándola, una lista creciente de enemigos que quieren matarla, y una atracción innegable que hace muy difícil recordar por qué enamorarse de un vampiro es una terrible idea.

Porque si no tiene cuidado, no solo perderá su corazón—perderá su humanidad.
Empezar de Nuevo

Empezar de Nuevo

5.6m Vistas · Completado · Val Sims
Eden McBride pasó toda su vida coloreando dentro de las líneas. Pero cuando su novio la deja un mes antes de su boda, Eden deja de seguir las reglas. Un rebote caliente es justo lo que el médico recomienda para su corazón roto. No, la verdad es que no. Pero es lo que Eden necesita. Liam Anderson, el heredero de la mayor empresa de logística de Rock Union, es el hombre perfecto para recuperarse. Apodado el Príncipe de los Tres Meses por los tabloides porque nunca está con la misma chica por más de tres meses, Liam ha tenido su parte justa de aventuras de una noche y no espera que Eden sea algo más que una conexión. Cuando se despierta y descubre que ella se ha llevado su camisa vaquera favorita, Liam está irritado, pero extrañamente intrigado. Ninguna mujer se ha levantado de su cama voluntariamente ni le ha robado. Eden ha hecho ambas cosas. Necesita encontrarla y crear su cuenta. Pero en una ciudad con más de cinco millones de habitantes, encontrar a una persona es tan imposible como ganar la lotería, hasta que el destino los reúne dos años después. Eden ya no es la niña ingenua que era cuando saltó a la cama de Liam; ahora tiene un secreto que proteger a toda costa. Liam está decidido a conseguir todo lo que Eden le robó, y no es solo su camisa.

© 2020-2021 Val Sims. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta novela puede reproducirse, distribuirse o transmitirse de ninguna forma ni por ningún medio, incluidas las fotocopias, la grabación u otros métodos electrónicos o mecánicos, sin el permiso previo por escrito del autor y los editores.
Dejando Ir

Dejando Ir

481.7k Vistas · Completado · Becky j
La vida de Molly era perfecta. Estaba casada con su amor de la secundaria, rodeada de sus amigos y familia, y esperaba con ansias el futuro. Pero todo eso termina una noche trágica cuando su mundo se pone de cabeza.
Esa fatídica noche lleva a Molly y a su mejor amigo Tom a guardar un secreto muy cerca de sus corazones, pero mantener este secreto también podría significar destruir cualquier oportunidad de un nuevo futuro para Molly.
Cuando el hermano mayor de Tom, Christian, conoce a Molly, su disgusto por ella es instantáneo y hace poco esfuerzo por ocultarlo. El problema es que se siente atraído por ella tanto como la detesta, y mantenerse alejado de ella empieza a convertirse en una batalla, una batalla que no está seguro de poder ganar.
Cuando el secreto de Molly se revela y ella se ve obligada a enfrentar el dolor de su pasado, ¿podrá encontrar la fuerza para quedarse y superar el dolor o huirá de todo lo que conoce, incluyendo al único hombre que le da esperanza de un futuro feliz? Una esperanza que nunca pensó volver a sentir.
Una Noche de Pasión con Mi Jefe

Una Noche de Pasión con Mi Jefe

491.8k Vistas · Completado · Ela Osaretin
Alcohol y desamor definitivamente no son una buena combinación. Lástima que lo aprendí un poco tarde. Soy Tessa Beckett y mi novio de tres años me dejó dolorosamente. Eso me llevó a emborracharme en un bar y a tener una aventura de una noche con un desconocido. Antes de que él me viera como una cualquiera al día siguiente, le pagué por el sexo y lo insulté profundamente sobre su capacidad para complacerme. ¡Pero este desconocido resultó ser mi nuevo jefe!
Amor, curvas y desamor

Amor, curvas y desamor

375k Vistas · En curso · Kika_Nava
«Ábreme, cariño...», me rogó, y estoy deshecho.

Su mano está entre mis piernas, y de nuevo empezó a acariciarme, por dentro y por fuera, como si quisiera conocerme por completo. Creo que nunca en mi vida un hombre me tocó así.

Pero Ethan estaba decidido, empezó a frotar, a empujar, y no pude evitarlo mientras lloraba de placer, arqueando la espalda y temblando. Tengo las manos presionadas contra su espalda y me clavan las uñas.

Empujó un dedo dentro de mí, hacia afuera y hacia adentro, frotándose con el pulgar en ese lugar que me volvió loca. Siguió haciéndolo, haciendo que mis entrañas suban más y más, hasta que estuve lista para mi clímax.

«Ethan, Dios mío...» gimo, incapaz de hablar.

Estaba demasiado ocupado respirando y gimiendo tratando de mantenerme firme. Grité, empujando mi corazón contra su mano porque quería más y más.


¿Qué harías si el hombre que destruyó tu vida volviera a aparecer?

Priscilla descubre que el nuevo cliente importante de su trabajo es su infancia y su primer enamoramiento... pero el hombre que la persiguió en su adolescencia.

Lo oyó claramente decir: «» ¿Por qué querrías salir con esa... chica? ¿Quieres ser una broma? A menos que te gusten las chicas... con mucho sobrepeso... como un cerdito»... y ahí es cuando empezó la pesadilla.

Pero ahora Ethan regresa y no hace más que perseguir a Priscilla.

¿Podrá olvidar lo que hizo? ¿Podrá huir de Ethan? ¿Qué interés tiene de repente en ella después de todo este tiempo?
¿Casada con un Marido Feo? ¡No!

¿Casada con un Marido Feo? ¡No!

588.3k Vistas · Completado · Amelia Hart
(Título anterior del libro: «La novia enmascarada»)
Mi malintencionada hermanastra me amenazó con matar a mi hermano y me obligó a casarme con un hombre del que se rumoreaba que era indescriptiblemente feo. No tuve más opción que obedecer.
Sin embargo, después de la boda, descubrí que este hombre no era nada feo; al contrario, era a la vez guapo y encantador, ¡y además era multimillonario!
La niñera del Sr. Billionaire

La niñera del Sr. Billionaire

484.9k Vistas · Completado · Oguike Queeneth
◾ Huye con el bebé secreto ◾

«Abre las piernas», su voz fue repentina y me sacó de mis pensamientos. Por impulso, mis piernas se movieron por sí solas y se abrieron más.

«Buena chica», apartó mis bragas a un lado, y sentí mi cara roja como un tomate.

«Estás tan mojada para mí». Susurró y luego pasó un dedo por mi hendidura sintiendo lo mojada que estaba, haciéndome soltar un fuerte gemido.


Su amiga la drogó y terminó teniendo una aventura de una noche con un extraño, lo que resultó en un embarazo.

No es fanática del aborto, mantuvo el embarazo. Se burlaron de ella, la rechazaron por estar embarazada sin conocer al padre del niño.

Le robaron a su bebé de un mes, lo que la dejó traumatizada después de varios intentos de buscarla sin resultados. Desarrolló una fobia a estar rodeada de niños.

Siete años después, estaba endeudada y necesitaba dinero desesperadamente. En busca de trabajo, se encontró con un anuncio de un multimillonario que buscaba una niñera para su hija de siete años.

¿Qué pasó cuando la niña a la que tenía que cuidar era su copia exacta?

¿Es su nuevo jefe el extraño que la dejó embarazada?

¿Es su madre biológica?

Haga clic en «leer» para averiguarlo.