CAPÍTULO 121: PECADOS Y MALENTENDIDOS

Marcus

El sol de Miami es un maldito chiste. Ni siquiera son las diez y ya siento que el traje me abraza como castigo divino. Entro a la mansión Cross con un sobre bajo el brazo, la misma mansión donde antes tenía llave, oficina y respeto.

Ahora soy un visitante con permiso limitado. Rosa me abr...

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