CAPÍTULO 124: ENTRE DOS LEALTADES

Marcus

Sienna y yo seguimos viéndonos. A veces cenamos, otras simplemente nos quedamos en su auto mirando el mar sin decir nada. Me dijo que no necesita saber mi secreto, que confía en mí.

“Cuando estés listo, me lo dirás”, me dijo aquella noche.

Y lo peor es que ella me creyó, o quizá lo peor se...

Inicia sesión y continúa leyendo