CAPÍTULO 95: EL SECRETO DE MARCUS

Sienna

Desde que lo volví a ver en aquel bar, mi mente no descansa. No hay excusa, no había copas de más, no había pretextos. Fui consciente, estuve sobria, y aun así lo dejé besarme, lo dejé llevarme a ese cuarto del fondo. Esta vez no puedo culpar a nadie más que a mí. Me repito que fue un error,...

Inicia sesión y continúa leyendo