Capítulo 23 CAPÍTULO 23: LO QUE NO DEBÍ TOCAR

Alexander

Todavía huelo a ella. A su perfume mezclado con el sudor tibio de su piel, a tinta y papel caliente, a deseo prohibido. La sala de copias está en silencio, apenas iluminada por la luz del pasillo, y sin embargo todo el maldito cuarto late con la sombra de lo que acabamos de hacer.

Ariane...

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