Capítulo 24 CAPÍTULO 24: SOMBRAS QUE NO ENTIENDO

Alexander

No puedo dormir porque, cada vez que cierro los ojos, veo sus piernas alrededor de mi cintura, sus uñas marcando mi espalda, su voz quebrándose cuando dijo mi nombre. La sala de copias todavía huele a ella. Y yo todavía tengo los nudillos tensos por no haberla tomado otra vez cuando me ro...

Inicia sesión y continúa leyendo