Capítulo 20 Otra vez

En el pequeño lugar se podía respirar de todo, viciado por el olor a humedad y a fracaso. Las paredes, pintadas de un color amarillo enfermizo, parecían encogerse sobre Luna Walker, la madre de Aitana. Ella estaba de pie en medio de la sala minúscula, con las manos temblando de rabia contenida, ...

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