
La esposa malquerida del CEO
universolunar9 · En curso · 180.7k Palabras
Introducción
Él: «Y, Camila... ajena a todo esto, creyendo lo peor de mí... La estoy perdiendo...».
Luego de una vida marital relativamente feliz, Camila Montoya se da cuenta, que su esposo, u n reconocido CEO y magnate de la industria, no ha olvidado a su exnovia, quien lo hubo dejado por irse a cumplir su sueño de ser una reconocida actríz. Una mañana asoleada, descubre que felizmente embarazada y es tanta su emoción, que intenta comunicarle la buena nueva a su esposo, aun sin éxito. Días después, la madrastra de Camila, le comunica que su padre ha sufrido un accidente, el cual, amerita ingresarlo de emergencia a quirófano. Camila busca el apoyo de su marido, tanto moral como económico, pero este solo se limita a ignorar la situación, lo que la impulsa a tomar una decisión definitiva acerca de su relación, dejándolo todo, a pesar de estar siempre dispuesta a pasar por alto los desaires del CEO. Cinco años después, vuelve con sus dos hijos, para tomar las riendas de una empresa que por cosas del destino, le fue heredada, y así comenzar una nueva vida, sin embargo, su ex esposo, desesperadamente, busca la manera de luchar por reconquistar su corazón y recuperar el tiempo perdido con sus hijos.
¿Cómo evolucionará su relación? ¿Mejorarán las cosas? ¿Se trata de un malentendido o de un engaño?
Capítulo 1
Esa mañana hacía un día muy bonito y asoleado en la ciudad de Madrid, el sol iluminaba la habitación de Camila, quien al abrir los ojos, esbozó una sonrisa, se estiró un poco y se levantó muy contenta de la cama, pues por fin iba a salir de dudas, de manera que llamó a Gretta, su mejor amiga, para recordarle que pasaría por ella para ir a la Clínica Central a hacerse los análisis de sangre.
(Repica el teléfono)
«Buenos días amiga de mi corazón, ¿cómo amaneces?», pregunta Camila con mucho ánimo.
«Buenos días mi Cami, pues muy bien aunque con un poco de flojera, a diferencia de ti que no estás emocionada, sino lo siguiente», le contesta Gretta.
«¡Sí, amiga! ¡Por fin llegó el día esperado! Pero dime, ¿ya estás de pie? ¿Estás lista? Recuerda que pasaré por ti en un rato para ir a la Clínica, ya quiero saber si mis sospechas son ciertas o no».
«No, Cami, apenas me estoy levantando como seguramente también lo estás haciendo tú, me daré una ducha, iré a desayunar y luego…»
«No, no, no, nada de eso Gret, ve a darte la ducha, te alistas y me esperas que paso a por ti en breve, desayunamos después de ir a la Clínica», la interrumpe.
«¿De verdad? Pero igual y la cita es a las nueve de la mañana, aún tenemos tiempo de…»
«¡Nada! Mejor terminemos de levantarnos de la cama y nos vemos al rato. Yo estoy muy emocionada para sentarme a comer tranquila, la ansiedad me carcome a cada minuto», le responde Camila mirando hacia el lado de la cama de su esposo que se levantó muy temprano y se marchó a la oficina.
«¡Vale! ¡Vale! Está bien, por cierto, Cami ¿Tu marido? ¿Está ahí? ¿Sabe que irás hoy al médico?», pregunta su amiga con curiosidad.
«Para nada (suspiro), él salió muy temprano a la oficina, sabes que ese es su mundo… Conmigo, pues, ya conoces como es, si acaso me presta un poco de atención, igual aún no estoy segura de que esté embarazada, tan solo tengo dos semanas de retraso, así que mejor me aseguro y ya luego le llamo para darle la buena nueva, no me vaya a pasar como la otra vez, que lo único que hice fue ilusionarme como tonta».
«Bueno amiga, en eso tienes razón, lo mejor será cerciorarse, ni modo. Ese esposo tuyo es un caso, espero que no sea uno perdido. En fin, ya ni hablar de eso. Voy a darme una ducha, nos vemos al rato».
«Vale, está bien, nos vemos».
Las amigas colgaron el teléfono y cada una se ocupó, alistándose para el encuentro.
Al cabo de un par de horas, el clima había cambiado por completo, llenándose de nubosidad el cielo madrileño. Para ese entonces, ya Gretta y Camila estaban en el laboratorio de la Clínica Central, esta última, esperando su turno para practicarse los tan ansiados análisis de sangre.
―Señora Montoya, por favor acérquese al laboratorio, Señora Montoya ―se escucha la voz de una mujer por el megáfono.
En ese momento, su corazón comienza a latir cada vez más rápido y empieza a rezar en voz bajita para que esta vez, sí se le haga el milagro. Su amiga, quien se encuentra al lado de ella, le da una palmadita en la espalda y a su vez, la insta para que se encamine hacia el laboratorio.
―¡Ve, Cami! ¡Te están llamando! Al fin vamos a salir de dudas amiga mía, ¡Suerte!―le expresa Gret, alentándola.
―Casi no puedo mover mis piernas, ¡Estoy tan emocionada! Es que siento que… ―se expresa poniéndose las manos en sus mejillas.
―¿Te vas a desmayar? Espera el resultado y así te desmayas con gusto ―le dice su amiga entre risas.
―¡Ay, Gretta tú todo lo tomas de chiste! Espérame aquí, ya vuelvo, ¡No te vayas! ―le dice mientras camina en dirección al laboratorio.
Al cabo de unos minutos, vuelve Camila a la sala de espera donde estaba impaciente su mejor amiga.
―¡Cuéntame! ¿Qué te dijeron? ¿Ya te los hiciste? ―pregunta Gret al verla llegar.
―Sí amiga, ahora solo debo esperar una hora a que me den los resultados.
―¿Una hora? ¿Todavía hay que esperar más? Yo pensé que eso iba a estar listo en menos tiempo, no sé unos quince minutos a más tardar.
―Pues fíjate que no, a esos quince minutos le debes sumar cuarenta y cinco, así que no hay de otra, nos toca esperar.
―¡Mmm! Bueno, ¿qué te parece si mientras esperamos, vamos a desayunar? ¿Sí? O de lo contrario, la que va a caer desmayada soy yo, pero por no haber probado bocado en toda la mañana.
Camila suspira y le responde:
―Está bien Gretta, vayamos a desayunar, pero ni creas que iremos muy lejos de aquí, creo que lo mejor será estar lo más cerca posible.
―En la esquina hay un Starbucks, ¡Vamos ahí!
―¿Al Starbucks? No eso es muy lejos y se hace mucha fila allí para pagar, mejor vamos a la cafetería de aquí de la Clínica.
―¿A la cafetería de aquí? ¡Ay no! Sabes que muero por un café helado del Starbucks y ¿Me vas a convidar a ir a la cafetería de aquí, que no le llega ni a los talones a mi Starb favorito? No seas así Cami, mira que prácticamente madrugué para acompañarte.
―¡No exageres! Además ahí hacen unos Lattuccinos deliciosos y venden pan de cruz.
Su amiga la mira fijamente, mientras piensa qué le va a decir y suelta:
―Camila Montoya, o vamos al Starbucks o no vamos a ningún lado y nos aplastamos en esta silla hasta que te den los resultados, luego tú te vas a tu casa o a donde quieras y yo me voy a desayunar sola o con alguna buena amiga, que sí quiera complacerme hoy, ¡Tú decides!. ―expresó Gretta muy seria.
―De acuerdo, vamos al Starbucks.―finalizó Camila.
Ambas salieron de la clínica con rumbo al Starbucks, Gretta, esa vez se había salido con la suya, por lo que estaba muy contenta, por su parte, Camila no iba a permitir que la dejara sola y mucho menos que se fuera a desayunar sin ella. Su amistad siempre ha estado por encima de todo, hasta de las malas decisiones de ella misma.
Camila seguía pensando en el resultado anhelado, rezaba en silencio, esperando que su deseo por fin pudiera ser concedido luego de muchos intentos. Llevaba cinco años casada con Fernando Valderrey, lo había intentado de todas las maneras pero no había podido quedar encinta en todo ese tiempo, que ya para ella, parecía una eternidad, hasta su suegra había puesto su granito de arena para que esta le diera un nieto, un heredero para la familia.
A causa de ello, la ansiedad se había apoderado de Camila, lo que la incitaba a usar algún tipo de medicamentos, contraindicados en un estado de embarazo.
Había pasado aproximadamente una hora y media, desde el instante en el que le habían extraído la sangre para el análisis. Las dos amigas luego de haber disfrutado de su desayuno, se dirigen nuevamente a la Clínica para buscar los resultados.
Camila temblaba, pues la ansiedad se apoderaba de ella de nuevo, pero con más ahínco.
—¿Estás bien? ―pregunta Gretta mirando como Camila se movía de un extremo a otro.
―Sí, un poco nerviosa pero estoy bien.
«Tercer llamado». Se escucha la voz por el parlante.
«Señora Camila Montoya es solicitada en laboratorio».
―Ya vuelvo Gret, me están llamando.
La espera había sido una tortura pero ya estaba más cerca del resultado.
La secretaria del departamento corroboró que era la paciente a quien debía entregarle los análisis, mientras que Camila, recibiéndolos, abrió de inmediato el sobre y al ver el resultado, se emocionó tanto, que casi las piernas se le derretían.
―¡Estoy embarazada! ¡Estoy embarazada! ―decía mientras se dirigía a la sala de espera donde estaba su mejor amiga.
―Entonces... ¿Sí?
―Sí, Gretta, tendré un hijo de Fernando, ¡Tanto lo he deseado! Que Dios me escuchó. ―Repetía Camila mientras abrazaba a su amiga.
―Estoy muy feliz por ti, Cami. ―le dice tomándole la cara y mirándola a los ojos. ―Me imagino que prepararás una cena esta noche para darle la noticia al odioso de tu marido.
―No, en este momento, voy a llamar a Fernando, ahora sí puedo ponerlo al tanto. Gret estoy tan emocionada que no puedo esperar a que llegue esta noche.
El teléfono repicó por un largo rato, pero nadie contestó. Camila, vuelve a intentarlo.
Justo en el momento en el que Camila desistiría de continuar escuchando el tono de repique, del otro lado del teléfono, atiende la llamada, una voz femenina, sensual y muy suave.
«¿Quién habla?»
Últimos capítulos
#166 El Intercambio de Necker.
Última actualización: 11/27/2025#165 El encuentro en el café
Última actualización: 11/25/2025#164 Una broma del destino
Última actualización: 11/25/2025#163 Sombras en la Villa Valderrey
Última actualización: 11/23/2025#162 El manantial de los recuerdos - Camila
Última actualización: 11/21/2025#161 Un nuevo juego, proyectándose
Última actualización: 11/20/2025#160 ¿Cómo rastreamos a Camila?
Última actualización: 11/19/2025#159 De novio a enemigo
Última actualización: 11/18/2025#158 Una alianza secreta
Última actualización: 11/16/2025#157 Sin máscaras
Última actualización: 11/15/2025
Te podría gustar 😍
Emparejada por Contrato con el Alfa
William—mi devastadoramente guapo y rico prometido hombre lobo destinado a convertirse en Delta—se suponía que sería mío para siempre. Después de cinco años juntos, estaba lista para caminar hacia el altar y reclamar mi felices para siempre.
En cambio, lo encontré con ella. Y su hijo.
Traicionada, sin trabajo y ahogada en las facturas médicas de mi padre, toqué fondo más duro de lo que jamás imaginé posible. Justo cuando pensaba que lo había perdido todo, la salvación llegó en la forma del hombre más peligroso que había encontrado.
Damien Sterling—futuro Alfa del Clan Sombra de la Luna Plateada y despiadado CEO de Sterling Group—deslizó un contrato sobre su escritorio con gracia depredadora.
—Firma esto, pequeña corza, y te daré todo lo que tu corazón desea. Riqueza. Poder. Venganza. Pero entiende esto—en el momento en que pongas la pluma en el papel, te conviertes en mía. Cuerpo, alma y todo lo demás.
Debí haber corrido. En cambio, firmé mi nombre y sellé mi destino.
Ahora pertenezco al Alfa. Y está a punto de mostrarme cuán salvaje puede ser el amor.
La Esposa Contractual del CEO
Placeres culposos
¿Todo ha sido un error? ¿O quizás solo parte del destino? La ida por un vaso de agua, resultó en el inicio de un deseo culposo con consecuencias irreversibles.
Soy Erika Martín de 21 años, soy una latina, proveniente de Venezuela, me mudé de mi país buscando el sueño Americano ante una oportunidad de empleo como servicio doméstico en la mansión uzcategui, sin saber que mi destino cambiaría por completo, al conocer a Alejandro Uzcategui, el heredero y magnate de negocios más prestigioso dela ciudad, con una ciudad tan grande y él puso sus ojos en mi, su humilde y tímida empleada, que no sabe decirle que no, todo con él era perfecto, pero él tiene dos grandes defectos, es casado y jodidamente posesivo, me llama bomboncito y me reclama como suya. Estoy locamente enamorada de él y temo por la repercusiones de lo que vendrá, ya que se que no me dejará escapar, menos cuando sepa mi gran secreto.
LA NIÑERA DEL ALFA.
A Lori Wyatt, una joven tímida y rota de veintidós años con un oscuro pasado, se le ofrece el trato de su vida cuando le piden que sea la niñera de una recién nacida que perdió a su madre en el parto. Lori acepta, ansiosa por alejarse de su pasado.
Gabriel Caine es el Alfa de la respetada manada Colmillo de Luna y el CEO de Caine Inc. Una noche de borrachera lleva al nacimiento de su hija y, tras la muerte de la madre, encuentra una niñera para ella. Cuando conoce a Lori, descubre que ella es su compañera y jura protegerla de sus enemigos.
La atracción instantánea entre ellos es inevitable. Lori, que cree no ser digna de amor, no puede explicar por qué el poderoso multimillonario la persigue, y Gabriel, completamente enamorado de ella, no sabe cómo ser totalmente honesto con Lori sobre su condición de hombre lobo.
El destino los ha unido y ahora deben luchar juntos por su amor, en medio de los conflictos entre manadas y los secretos que guarda el pasado de Lori.
¿Sobrevivirá su amor?
La Pareja Humana Urbana de Talla Grande del Alfa
La segura y de talla grande Ji'lahni, junto con sus dos primas y una amiga, poseen una exitosa empresa de planificación de bodas, además de un estudio de baile y defensa personal. Son contratadas por su nueva amiga, que es como una madre para ellas, para planear la boda—es decir, la ceremonia de apareamiento—de su hijo.
¿Qué ocurrirá cuando estas mujeres atrevidas y de talla grande entren en el mundo de los hombres lobo?
Lee para descubrirlo.
La Novia Arreglada del Dios de la Guerra Alfa
Sin embargo, Alexander dejó clara su decisión al mundo: —Evelyn es la única mujer con la que me casaré.
Enamorada del hermano marino de mi novio
¿Por qué estar cerca de él hace que mi piel se sienta demasiado apretada, como si llevara un suéter dos tallas más pequeño?
Es solo la novedad, me digo firmemente.
Solo la falta de familiaridad de alguien nuevo en un espacio que siempre ha sido seguro.
Me acostumbraré.
Tengo que hacerlo.
Es el hermano de mi novio.
Esta es la familia de Tyler.
No voy a dejar que una mirada fría deshaga eso.
**
Como bailarina de ballet, mi vida parece perfecta—beca, papel protagónico, dulce novio Tyler. Hasta que Tyler muestra su verdadera cara y su hermano mayor, Asher, regresa a casa.
Asher es un veterano de la Marina con cicatrices de batalla y cero paciencia. Me llama "princesa" como si fuera un insulto. No lo soporto.
Cuando una lesión en mi tobillo me obliga a recuperarme en la casa del lago de la familia, me quedo atrapada con ambos hermanos. Lo que comienza como odio mutuo lentamente se convierte en algo prohibido.
Estoy enamorándome del hermano de mi novio.
**
Odio a las chicas como ella.
Consentidas.
Delicadas.
Y aún así—
Aún así.
La imagen de ella de pie en la puerta, apretando más su cárdigan alrededor de sus estrechos hombros, tratando de sonreír a pesar de la incomodidad, no me deja.
Tampoco lo hace el recuerdo de Tyler. Dejándola aquí sin pensarlo dos veces.
No debería importarme.
No me importa.
No es mi problema si Tyler es un idiota.
No es asunto mío si alguna princesita malcriada tiene que caminar a casa en la oscuridad.
No estoy aquí para rescatar a nadie.
Especialmente a ella.
Especialmente a alguien como ella.
Ella no es mi problema.
Y me aseguraré de que nunca lo sea.
Pero cuando mis ojos se posaron en sus labios, quise que fuera mía.
El Sucio Secreto de Mi Hermanastro Alfa
—Te quedaste ahí mirando cómo me acariciaba pensando en ti… y te gustó. ¿No es así?
—Estás mojada —gruñó él—. Solo por palabras. Solo porque dije tu nombre mientras terminaba.
Cuando Liana Rivers se acostó con su melancólico, dominante y peligrosamente irresistible hermanastro, Killian Wolfe, le entregó todo: su corazón, su cuerpo, su virginidad.
Pero cuando descubrió que estaba embarazada y se enteró de que él estaba comprometido con otra mujer, se fue en silencio, llevando un corazón destrozado y un bebé que él nunca conocería.
Ahora, siete años después, es una madre soltera que lucha por salir adelante trabajando como limpiadora en un hotel, haciendo todo lo posible por ocultar su pasado y a su hijo del despiadado Alfa que la rompió. Hasta que una noche, él la encuentra de nuevo. Más rico. Más oscuro. Más poderoso que nunca. Y la quiere de vuelta.
Killian no está aquí solo para jugar a la casita. Quiere control. De su vida. De su cuerpo. De su hijo. Y esta vez, no está pidiendo permiso.
Ella huyó de él una vez. Pero ahora que él sabe la verdad… Quemará el maldito mundo entero para quedarse con lo que es suyo.
Sr. Ryan
Se acercó con una expresión oscura y hambrienta,
tan cerca,
sus manos alcanzaron mi rostro y presionó su cuerpo contra el mío.
Su boca se apoderó de la mía con impaciencia, con un poco de rudeza.
Su lengua me dejó sin aliento.
«Si no vas conmigo, te follaré aquí mismo». Susurró.
Katherine mantuvo su virginidad durante años, incluso después de cumplir 18 años. Pero un día, conoció a un hombre extremadamente sexual, Nathan Ryan, en el club. Tenía los ojos azules más seductores que jamás haya visto, una barbilla bien definida, cabello rubio casi dorado, labios carnosos, perfectamente dibujados, y la sonrisa más asombrosa, con dientes perfectos y esos malditos hoyuelos. Increíblemente sexy.
Ella y él tuvieron una hermosa y sexy aventura de una noche...
Katherine pensó que tal vez no volvería a ver a ese hombre.
Pero el destino tiene otro plan
Katherine está a punto de asumir el puesto de asistente de un multimillonario propietario de una de las empresas más grandes del país y conocido por ser un hombre conquistador, autoritario y completamente irresistible. ¡Es Nathan Ryan!
¿Podrá Kate resistirse a los encantos de este hombre atractivo, poderoso y seductor?
Lea para conocer una relación desgarrada entre la ira y el deseo incontrolable de placer.
Advertencia: R18+, solo para lectores maduros.
Accardi
—Te costará algo —susurró antes de tirar de su lóbulo con los dientes.
Sus rodillas temblaron y, si no fuera por su agarre en su cadera, habría caído. Él empujó su rodilla entre sus muslos como un soporte secundario en caso de que decidiera necesitar sus manos en otro lugar.
—¿Qué quieres? —preguntó ella.
Sus labios rozaron su cuello y ella gimió mientras el placer que sus labios provocaban se hundía entre sus piernas.
—Tu nombre —exhaló él—. Tu verdadero nombre.
—¿Por qué es importante? —preguntó ella, revelando por primera vez que su corazonada era correcta.
Él se rió contra su clavícula.
—Para saber qué nombre gritar cuando vuelva a entrar en ti.
Genevieve pierde una apuesta que no puede pagar. Como compromiso, acepta convencer a cualquier hombre que su oponente elija para que se vaya a casa con ella esa noche. Lo que no se da cuenta cuando el amigo de su hermana señala al hombre taciturno sentado solo en el bar, es que ese hombre no se conformará con solo una noche con ella. No, Matteo Accardi, Don de una de las pandillas más grandes de la ciudad de Nueva York, no hace encuentros de una sola noche. No con ella, de todos modos.
Divórciame antes de que la Muerte me Lleve, CEO
Mi mano instintivamente se dirigió a mi estómago. —Entonces... ¿realmente se ha ido?
—Su cuerpo debilitado por el cáncer no puede soportar el embarazo. Tenemos que terminarlo, pronto —dice el doctor.
Después de la cirugía, ÉL apareció. —¡Audrey Sinclair! ¿Cómo te atreves a tomar esta decisión sin consultarme?
Quería desahogar mi dolor, sentir su abrazo. Pero cuando vi a la MUJER a su lado, me rendí.
Sin dudarlo, se fue con esa mujer "frágil". Esa clase de ternura, nunca la he sentido.
Sin embargo, ya no me importa porque no tengo nada ahora: mi hijo, mi amor, y hasta... mi vida.
Audrey Sinclair, una mujer pobre, se enamoró de un hombre del que no debía. Blake Parker, el multimillonario más poderoso de Nueva York, tiene todo lo que un hombre podría soñar: dinero, poder, influencia, excepto una cosa: no la ama.
Cinco años de amor no correspondido. Tres años de matrimonio secreto. Un diagnóstico que le deja tres meses de vida.
Cuando la estrella de Hollywood regresa de Europa, Audrey Sinclair sabe que es hora de terminar su matrimonio sin amor. Pero no entiende—si él no la ama, ¿por qué se negó cuando ella le propuso el divorcio? ¿Por qué la está torturando durante estos últimos tres meses de su vida?
A medida que el tiempo se escapa como arena entre los dedos, Audrey debe elegir: morir como la señora Parker, o vivir sus últimos días en libertad.












