El precio de la arrogancia

Los agentes de seguridad se miraron a las caras, asintiendo respecto a lo que el Doctor Forero, había dicho.

―Escúchenme bien, refuercen la seguridad en el ala C. Creo que sería conveniente que doblen la guardia. Con respecto a las pacientes, yo me encargaré. Nadie entra, ¿entendido? Absolutamente ...

Inicia sesión y continúa leyendo