Capítulo 58 Capítulo 58: Besarme a la fuerza

Angustiada, miro por el retrovisor, pero, para mi fortuna, no hay alguien siguiéndome. Lo cual, hace que el corazón frenético, comienza a bajar su ritmo cardiaco. Suspiro profundo y sigo conduciendo por más de una hora.

Aunque el recorrido hasta mi casa es de media hora, me tomo más tiempo, tomando...

Inicia sesión y continúa leyendo