Una esposa borracha

Camilla apretó su agarre.

—No me lo estás poniendo fácil, ¿sabes?

Valentina murmuró, lamiéndose los labios.

—No eres tan fuerte —dijo, sus palabras ligeramente arrastradas.

Camilla resopló.

—Inténtalo.

Lentamente, con cuidado, la guió escaleras abajo.

Tomó mucho más tiempo del que debería. Va...

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