Tres días

Ethan pulsó un botón en el reposabrazos de su silla sin perder su ligera sonrisa. Una pequeña luz verde parpadeó cerca de la puerta del reservado, y unos minutos después, apareció la mujer de antes, con pasos rápidos y elegantes, acostumbrada a ser llamada.

Se reclinó perezosamente.

—Un vaso de rep...

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