Consecuencias

El personal de la recepción fingía no mirar, pero Alecia podía sentir sus ojos sobre ella cada vez que salía del ascensor. Nadie decía su nombre, pero no hacía falta. Cada rostro en ese maldito vestíbulo sabía exactamente quién era, y todos se preguntaban lo mismo—¿cuánto tiempo pasará hasta que emp...

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