Mañana

Las luces del hospital se sentían más duras hoy, o tal vez Valentina finalmente había agotado su paciencia con ellas. Ya era difícil saberlo. De cualquier manera, el brillo se le clavaba en la cabeza como un dolor sordo que no podía aliviar, asentándose en algún lugar detrás de sus ojos, deshilachan...

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