¡Mata al niño!

La lluvia golpeaba constantemente contra el sedán oscuro, creando un dosel privado alrededor de Cam y Ethan. Dentro, sus respiraciones flotaban en la quietud entre los limpiaparabrisas intermitentes. Cam miraba por la ventana, observando ríos de agua correr por el vidrio.

Ethan carraspeó de nuevo.

...

Inicia sesión y continúa leyendo