Curación 2

Alecia se despertó con el suave tañido de las campanas del templo justo más allá de su ventana. Su espalda se sentía áspera e inflexible, como si cada vértebra protestara al moverse. Se sentó lentamente, con el sudor humedeciendo el lino debajo de sus antebrazos desnudos, e inhaló profundamente. El ...

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