284

Liv hizo una mueca. —Perdón por no ofrecerte nada. Estábamos intentando hacer algo nuevo para el desayuno y Alecia lo quemó.

Alecia no perdió el ritmo. —No está aquí para comer. Dijiste que era urgente, así que dilo y vete.

Val ni siquiera la miró. Mantuvo sus ojos en Liv. —¿No has comido todavía?...

Inicia sesión y continúa leyendo