53

Me desperté lentamente, sintiéndome aturdida y desorientada, tratando de entender por qué la cama se sentía tan dura debajo de mí. Mis dedos rozaron algo sólido y cálido. Lentamente, el sueño se despejó de mi mente, pero entonces escuché un gemido justo debajo de mí—un sonido bajo, inconfundiblement...

Inicia sesión y continúa leyendo