Capítulo 31

La cinta de su bata se aflojó, y la tela sedosa se deslizó de los hombros de Diana hasta formar un charco sobre la fría alfombra.

La habitación estaba en silencio, excepto por las pesadas y ardientes respiraciones de Alaric y el ocasional susurro del viento fuera de la ventana.

Diana se montó sobr...

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