Capítulo 81

—¡Estás mintiendo!—la voz de Alvina se elevó instantáneamente a un grito estridente—¿Qué reacción? Mi hijo está gravemente enfermo—¿no se me permite estar molesta? Eres una forastera—¿qué derecho tienes para juzgarme?

Su pecho se agitaba violentamente, el veneno en sus ojos casi palpable.

—Basta.

...

Inicia sesión y continúa leyendo