Capítulo 3 Capítulo 3
Allison
Lo primero que se me vino a la cabeza fue la idea de que me iban a despedir. ¿Como fui a tener sexo con mi nuevo jefe?
Obvio no tenía idea, porque donde lo hubiera sabido desde el principio, esa idea hubiese estado completamente descartada.
Mis ojos estaban frente a los documentos que estaba llenando, aunque sentía su mirada sobre mí.
No escuchaba nada de lo que decían, el miedo se apoderó de mí. No podía quedarme sin trabajo, mentiría si dijera que no tengo un buen sueldo, o que no estoy cómoda en este lugar.
Me gusta lo que hago, me siento cómoda… o bueno eso era hasta antes de enterarme de que el hombre con el que tuve sexo es mi jefe, mi nuevo jefe.
Lo cierto es que no me puedo quedar sin trabajo, no cuando mi madre depende de mí.
Escuché los aplausos y en ese momento levanté la mirada. Él estaba sentado frente a mí. Observándome con un brillo inusual en sus ojos.
Como ráfagas de viento pasaron los recuerdos de su boca sobre mí, de su miembro frente a mí.
Móvil la cabeza quitándome esos pensamientos.
Todos comenzaron a retirarse del lugar, pero me detuve cuando mi jefe me llamó.
—Allison, espera.
Rodé los ojos, no quiero verlo a la cara, no quiero enfrentarme a la realidad.
De cierto modo, la cobardía está apoderándose de todo mi ser.
—Allison te presentó a mi hijo. —Me armé de valentía y gire sobre mis talones para quedar frente a él—. ¿Recuerdas que te comenté sobre mi hijo, que estaba viviendo en el extranjero?
Asentí con mi cabeza rogando que mi nuevo jefe tuviera un poco de compasión por mí y olvidara lo que había pasado.
—Él llegó hace algunos días, necesito que te encargues de él. Hace años que no vive en esta ciudad.
—Claro que sí señor.
—Acércate hijo, te voy a presentar a mi secretaria. Ella es mi leal secretaria Allison Walker.
—James Evans —dijo estrechando su mano.
Lo imité, y sentí un cosquilleo en todo mi cuerpo cuando su mano entró en contacto con la mía.
Esa calidez que brotaba de él por unos cuantos segundos me dejó hipnotizada.
Los recuerdos de la noche anterior llegaron a mi cabeza y fue inevitable que no lo viera como el hombre que me folló con fuerza.
—Un placer —contestó él y su voz resonó en mi cabeza como un déjà vu.
—Bien, ya que se conocen quiero que te empapes de todo lo relacionado a la empresa. Ella te puede apoyar en todo, es mi mano derecha aquí.
—No te preocupes padre, me haré cargo a partir de ahora de todo. Ya es momento de que te vayas, tu salud debe ser prioridad.
Mi jefe le dio un abrazo a su hijo, tenerlo después de tantos años cerca de él era un gran logro.
Poco me había comentado sobre el rencor que había entre los dos, solo esperaba que la enfermedad que hizo que él hubiese vuelto, no se lo llevara tan pronto para poder disfrutarlo.
Luego de separarse de su hijo se acercó a mí, me abrazó con un abrazo fraternal, cómo solía hacerlo de vez en cuando y me agradeció susurrando.
Aunque en realidad soy yo la que siempre estará agradecida con él.
Cuando mi jefe salió, y nos quedamos solos, sentí como el aire faltaba en medio de esas cuatro paredes.
Me giré hacia él, ¿Qué podría decirle? Que lo olvide, que haga como si nunca hubiese pasado.
Si tener a mi ex en la misma oficina era bastante tedioso, con mi jefe la situación no mejoraba.
—Le traeré la agenda del día señor Evans y los pendientes que su padre dejó para esta semana —comenté con rapidez, no quería estar sola con él.
Él soltó una enorme carcajada tomándome desprevenida.
—¿Dije algo gracioso? —él negó y caminó de donde estaba hasta mi lugar.
—No, solo estoy sorprendido con las casualidades de la vida. Tenerte aquí frente a mí de verdad era algo que no esperaba —habló con un tono burlesco.
—Si lo que sucedió ayer es algo que puede interferir en mi trabajo le pido señor Evans que por favor lo olvide, hagamos como si nunca hubiera pasado, le aseguro que soy bastante profesional y haré mi trabajo de la mejor manera.
Él me acorraló en medio de su cuerpo y el sillón que estaba detrás de mí.
—¿Y por qué tendría que olvidarlo? —respondió con altivez.
—Porque usted es mi jefe y yo soy su secretaria.
—¿Y qué pasa si decido omitir el que sea tu jefe y tú mi empleada? Hay algo que me gusta más que respirar, Allison. Me gusta el sexo… y da la casualidad que me gustó hacerlo contigo. Y olvidarlo no es una opción.
