Capítulo 2 Reencuentro

POV Sarah

—Sarah, atiende las mesas de la esquina, tu compañera no vino y te toca cubrirla —me dijo mi jefe en ese momento.

—Pero ya estoy ocupada atendiendo las demás, no puedo con todas por mi sola —respondí.

—¿Acaso crees que me importa lo que digas? Solo ve y hazlo que te digo, no me discutas que tienes suerte de estar aquí —me dijo mi jefe.

—Está bien—respondí.

Mi jefe a sus más de 50 años, se veía bastante mal, y su personalidad era aún peor y más por cómo me miraba a veces mi cuerpo, sus miradas desagradables siempre me hacían temblar en todos lados.

Al final era algo que tenía que aguantarme, era el único trabajo que pude conseguir en mi situación actual, y era lo que necesitaba para tener dinero por mi embarazo.

Habían pasado poco más de 2 meses desde que me dieron la noticia de que iba a ser madre, con la ayuda de Isabel, pude conseguir un empleo en una oficina social algo famosa de la cuadra en el cual ella tenía conocidos.

Fueron uno de los únicos sitios que estaban dispuestos a contratar a una chica como yo que aún no había terminado la universidad, y encima estaba embaraza con todos los problemas que eso tendría… estaba agradecida, pero me habían sobreexplotado un poco, pero al menos tenía un empleo fijo que me daba ingresos.

Los últimos 2 meses no habían sido fáciles tras haberme ido de la casa de Jacob, este último había cumplido con su palabra, y me dio todas mis cosas, aunque no era mucho lo que tenía en su casa.

El departamento de Isabel, era uno común para solo una persona y me tuve que quedar en una habitación improvisada que ella armo de la nada para mí, fue difícil adaptarse en un inicio, pero después de un tiempo pude acostumbrarme por completo a esa “nueva vida” que tenía para mí.

No fue fácil, pero se logró, sería mejor de no ser por el viejo verde de mi jefe, pero era lo que había por ahora.

Se aprovecho de mi situación y tuve que lidiar con lo que me daba, justo ahora, la oficina donde estábamos, estaba atendiendo a muchas personas que venían a solicitar préstamos y otros apoyos financieros y demás cosas… esta oficina ofrecía distintos préstamos y otros servicios para la gente de clase media y baja, y por eso siempre teníamos mucha gente que venía aquí.

Tenía que lidiar con un montón de historias de desconocidos, y era mucho trabajo analizarlo todo, y ahora que mi compañera no vino, me toco doble, de algún modo pude arreglármelo antes de que mi jefe me llamara de nuevo a su oficina.

Entre, y este no paro de mirarme las piernas, me había hecho usar un traje el cual me dejaba las piernas descubiertas con una falda bastante pequeña que no me llegaba ni a las rodillas, y quedaba un poco ajustada.

Según él, era algo necesario… un método para poder “distraer” a los clientes de la oficina y así poder engatusarlos de mejor forma y hacer que aceptaran condiciones más favorables a nosotros.

—¿Qué es lo que pasa señor? Aun no eh terminado de atender a todos los clientes que dijo, y hay muchas personas que se están quejando por las tardanzas —le dije a este mientras me colocaba algo lejos de él.

—Solo te llame para ver si todo estaba bien Sarah —me dijo.

—Hemos sido comprados por un grupo más grande que el nuestro Sarah, y los nuevos dueños no deberían tardar en llegar, según ellos, tiene muchos nuevos planes para nosotros y mejorar nuestra rentabilidad —me dijo mi jefe mientras se inclinó hacia mí.

¿Comprados?

Eso no era bueno para mi… cuando un nuevo jefe llegaba, no aseguraba que los mismos empleados se iban a quedar… por lo general siempre hacían una ola de despidos para poder obtener los máximos beneficios como querían.

Una chica sin estudios universitarios terminados y en mi estado como yo, seguro que no iba a estar en una buena posición a la hora de quedarse en este lugar.

Pensar en que iba a perder mi única fuente de ingresos no me cayó bien…

—Ya veo, voy a ir a atender a los clientes que faltan enseguida señor —le dije.

—Mmm, ¿Acaso piensas que atender a unos pocos clientes demás va a hacer que los nuevos dueños tengan una mejor opinión de ti? —me pregunto mi jefe.

Aprete un poco las manos.

—Sarah, eres buena trabajadora hasta donde eh podido ver, y por un favor, te eh dejado trabajar aquí, pero no sé si el nuevo dueño te permita hacer lo mismo —me dijo.

—Si, eso lo sé, es una posibilidad que tengo en cuenta.

—Pero, eso podría cambiar Sarah, quizás podrías asegurarte un puesto —me dijo.

—¿Asegurarlo? ¿Cómo?

—Bueno, eso podemos discutirlo más tarde en la noche, aunque la oficina cierra a las 5, pero podemos ir a un restaurante para poder hablar más a detalle sobre ello —me respondió.

Apenas escuché eso, tuve un temblor en todo el cuerpo, pero pude disimularlo como pude y me mantuve normal en el exterior, pero sabia bien que es lo que este viejo verde quería de mí.

—Dime Sarah, ¿Vienes conmigo entonces esta noche? Así podríamos hablar sobre cómo podemos asegurarte un puesto en la oficina, y hasta podrías conseguirte un aumento de sueldo, ¿Sabes? en tu situación actual, seguro que lo vas a necesitar, ya sabes, para darle un buen futuro a ese niño que tienes —me dijo.

—Le agradezco la oferta señor, pero justo ahora, no puedo irme ahora con usted, ya que tengo un compromiso con otra persona y no podre por ahora, pero le agradezco la oferta —le dije.

—¿Sabes que los nuevos jefes van a venir mañana? No habrá otras oportunidades para poder “asegurarte el puesto”, piensa en tu hijo Sarah —me dijo.

—Si, gracias por ser considerado conmigo, pero en serio no puedo por ahora, pero quizás la próxima, voy a ir a terminar mi trabajo señor, nos vemos después.

Apenas termine de decir eso, Sali corriendo de la oficina, el viejo verde no me dijo nada para detenerme y me dejo ir, cuando estuve fuera, deje salir un poco lo que sentía y varios temblores se me escaparon del cuerpo.

No me gustaba nada estar aquí, y quería irme, pero no podía, dentro de unos meses, mi embarazo iba a estar demasiado avanzada y no iba a poder trabajar y necesitaba ahorrar todo el dinero posible hasta ese momento.

No podía perder tiempo buscando a ver quién me contrataba, tenía que aguantar hasta ese momento… después vería que hacer, era muy difícil hacer esto por mi sola.

Pensé en Jacob por unos momentos y me imagine lo bueno que hubiera sido que estuviera presente, así no tendría que lidiar con el viejo verde de mi jefe, pero agite la cabeza y deje de pensar en él, no tenía sentido pensar en el pasado.

En lugar de eso, me fui a trabajar para poder despejar la mente, fue un día largo y después de varias horas pude terminar con todos los clientes sola, cuando acabamos, mi jefe volvió a ir hacia mí, y me dio una última “oportunidad” para asegurarme el puesto de trabajo y un aumento en la oficina.

—Mañana será la reunión Sarah, puedo hablarles bien a los nuevos jefes de ti, vamos, ¿Vienes conmigo para poder hablar más a detalle de esto? —me dijo él.

Por un momento, tuve la tentación de aceptar para poder asegurarme en parte el futuro por mi hijo… pero al final sacudí la cabeza y me quite los pensamientos de encima, no importa que, pero si tenía un hijo, le iba a asegurar que su madre tenía la conciencia limpia y que nunca llego a venderse de esa forma.

Le sonreí a mi jefe, y me negué, se enojó conmigo y me miro feo, pero al final se fue por las buenas y no hizo un escándalo, quizás por la presencia de las otras personas a mi alrededor.

Mis compañeros de trabajo giraron la mirada hacia mí, y pude sentir sus miradas en mi espalda, podía adivinar lo que pensaban, pero no me importo en el momento y me fui.

Mañana iba a tener que rezar por que los nuevos jefes no me despidieran por pensar que no les era útil y me dejaran a la deriva.

Llegue junto con Isabel, la cual me espero hasta tarde, era una costumbre suya, se había portado muy bien conmigo a pesar de que seguía teniendo la opinión de que lo debía “interrumpir” cuando aún tenía tiempo.

En nuestro país se podía hacerlo antes de las doce semanas, y estábamos casi en las justas para poder hacerlo, por lo que de vez en cuando insistía.

Cuando le conté lo que me ofreció mi jefe, no le sorprendió mucho, parece que sabia que eso podría pasar.

—¿Dónde conoces a esa gente Isabel? —le pregunte mientras estamos juntas.

—Son viejos conocidos que pude encontrar mientras salía mucho, y más porque van a la universidad a ver qué joven les presta atención y ser su “chica”, ya sabes a que me refiero —me dijo.

—Entonces, ¿Tu y él? —murmure.

—¿Qué? No, no, ¿Cómo crees? Aunque si llegamos a hablar bastante, por eso nos conocimos y pude lograr que te diera el trabajo, dime, ¿No iras con él? —me dijo.

—No, no me vendo Isabel, ni loca me voy a acostar con ese viejo solo para intentar conservar el trabajo.

—Mmm, ¿Es por qué no has estado con otro hombre que no fuera Jacob y te da miedo? —me pregunto.

—No es por eso, solo no quiero estar con un viejo de más de cincuenta y menos así.

—Bueno, ¿Te arriesgaras mañana entonces? —me dijo Isabel.

—Es lo que me queda, si me despiden, entonces al menos que sea del modo normal —le respondí.

Isabel no dijo mucho más después de eso, y nos fuimos a descansar, a la mañana siguiente, me vestí lo mejor que pude y luego de eso me fui al trabajo y me preparé para lo que iba a pasar.

Llegamos temprano porque nuestro jefe nos dijo que los nuevos dueños iban a venir a primera hora, y teníamos que estar presentes, llegue, y mi jefe me miro de forma fea, actúe de forma normal y seguí con mi rutina y me forme con el resto de nuestros compañeros.

Nuestro jefe nos dio un discurso breve, antes de que fuera con otro grupo de gente, un grupo de personas entro a la oficina, eran un grupo de hombres, pero sabía que no eran los nuevos dueños.

Mi tiempo con Jacob me enseño mucho, y pude reconocer que eran guardias de seguridad, pero tuve un presentimiento cuando los vi.

Una mujer apareció poco después de que ellos llegaran, mis ojos se abrieron como platos apenas la vi a ella, la conocía, era una antigua novia de Jacob, y que era una de sus socias.

Ella fue una de las que coopero junto con su familia para poder tenderme la trampa hace meses atrás en la mansión de Jacob, era una mujer alta de un metro ochenta de altura, de muy buen cuerpo, era más pequeña que ella y siempre le gustaba tratar de usar su altura para intimidarme… un comportamiento infantil que siempre ignore.

¿Ella es mi jefa ahora? Los chances de conservar mi empleo cayeron a lo más bajo en un instante.

Ella entro y se detuvo tras haber pasado por la puerta, unos instantes después, pude ver a Jacob entrar por esa misma entrada y colocándose no muy lejos de ella mientras hablaban entre sí.

Me quedé congelada y mi mente se perdió por unos momentos mientras lo vi a ambos.

—Esto… está muy mal —fue lo que pude pensar en ese momento.

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