Capítulo 117. La razón para no rendirme.

Trina

Algo tibio me rozaba la mano. Una sensación suave, casi imperceptible… como una caricia que no sabía si era real o parte de un sueño.

Quise mover los dedos, pero el cuerpo no me respondió. Todo dolía. Hasta respirar.

Y aun así, supe que estaba viva.

Un zumbido constante y lejano, marcaba e...

Inicia sesión y continúa leyendo