Capítulo 131. Sangre que clama.

Dominic

La voz de Irina seguía zumbando en mis oídos como una explosión silenciosa.

—Elizaveta… es hija de Liliana —había dicho. Y desde ese momento, el tiempo dejó de obedecer.

Me quedé de pie en medio de la habitación del club, rodeado de cristales rotos, alcohol derramado y el olor agrio del...

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