Capítulo 24 El guardian de la tormenta

El aire en la caverna se electrizó, pesado con un poder que no era de este mundo. La figura que emergía del Corazón no era sólida, sino una silueta hecha de sombras movedizas y destellos de relámpagos silenciosos. Sus ojos, dos abismos centelleantes, se posaron en nosotros. No transmitían ira ni ...

Inicia sesión y continúa leyendo