Capítulo 6 El refugio en la guarida

El viaje fue un borrón de luces callejeras y sombras profundas. Kael no dijo una palabra. Conducía un SUV negro con una intensidad feroz, sus manos agarrando el volante con fuerza suficiente para blanquear sus nudillos. Yo me acurruqué en el asiento del pasajero, envuelta en su chaqueta que olía ...

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